No existo. He muerto ya para ti, ya no notas mi ausencia. Mañana es aquel día y quién sabe si lo recuerdas. Parece como si me acabara de levantar de aquel día, nerviosa, temerosa y feliz. Nos dieron las tantas. Y las tantas me has devuelto. Cuánta inocencia, cuánto amor.
Hola, dices que me amas? tú no sabes que es el amor. Tú nunca sabrás que es despertarse, pensar que llegas tarde a su llegada. Bajar, verla ir y recordar: no, me he equivocado de día. Ella ya no quiere que la espere. Hola, dices que te gusto? tú no sabes de belleza, tú no has visto ni rozado siquiera su cuerpo.
Recuerdo, yo sólo recuerdo que hubo un puente que marcó mi existencia y dejó huella en mí para siempre. Todavía siento el calor de tus manos, no debería mencionar aquí el abrazo de antes de irme y la foto en esa ventana. Eras azul, recuerdas?
Ansiábamos que llegara el día de mañana y he estado rezando otros muchos últimos para que no llegara nunca. Es lo que hay, sé que es lo que hay. Ahora soy un poquito más fuerte. Confiarás o no en mí, ya no lo sé y sé que no puedo preguntártelo, tengo miedo. Y no recibiré de nuevo falsas acusaciones.
Ahora que eres otra persona si algún día te atrevieras a conocerme, ven... Yo estoy aquí y puedo dejar que me conozcas cuando quieras. Las veces que quieras, de hecho.
Quizás hasta mañana por un instante desearás estar a mi lado para pensar sobre todo aquello que pasó. Todo aquello que fue magia.
Soy así de ilusa. Miles de cartas que escribo, a destinos diferentes y nunca haré llegar. Pero el presente es un regalo, es lo único que me da esperanza.
Y si llega mañana, que no quiero. Pero sé que llegará yo voy a recordarte como eras antes, como eres. Y seguiré, como siempre, soñando en colores.
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