Siempre me verás sonriendo aunque sin motivo creas que sea. Crees... pero, no imaginas. No sabes cuánto merece la pena despertar sabiendo que voy a verte, que por unos segundos vas a estar entre mis brazos tan cerca como siempre he querido. Y por suerte, por suerte a veces consigo robarte o que nos demos, sin motivo, uno de esos besos por los que ahora yo escribo.
Merece la pena, mil noches en vela, soñar por el día y escribir en paredes por las tardes.
Merece la pena.
8:43 |
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