Tuvimos una pequeña charla sobre el trabajo, el tiempo. Tienes la guardia alta y sé por qué, la última vez que me viste sigue encendida en tu mente. Me diste rosas y yo las dejé morir allí. Así que esta soy yo, tragándome mi orgullo de pie delante de ti diciendo que lamento esa noche.
Y vuelvo a diciembre todo el tiempo. Resulta que la libertad no es nada excepto extrañarte deseando que me hubiera dado cuenta de todo lo que tenía cuando te poseía. Regresaría a diciembre y haría lo correcto. Vuelvo a diciembre todo el tiempo.
Estos días no he estado durmiendo. Y pienso en ese verano, en todos esos recuerdos de cuando te veía reír desde el asiento del pasajero. Me di cuenta de que te amaba en otoño. Luego llegó el frío, esos días oscuros de cuando el miedo estaba presente en mi mente.
Extraño tu piel, tu dulce sonrisa tan apropiada para mí y como me sostuviste en tus brazos aquella noche de septiembre. La primera vez que me viste llorar...
Tal vez esto sea una ilusión, probablemente un sueño sin sentido.
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